La Creación de Los Dragones blancos.

Prologo

Si bien al principio los dragones fueron creados por el señor oscuro, vertió su maldad en ellos, para destruir a los elfos, hubo varios dragones, de diferentes especies, como los blancos, los dragones rojos, entre otras clases, que en su interior no fueron seres malignos como Melkor.

El mismo Melkor, era un ainur, creado por Eru, y tenia poderes como el, y este sin darse cuenta les transfirió no solo su maldad a los dragones que había creado.

Mogote, fue una creación de Iluvatar, que se desvirtúo, al igual que seres que el creo con el deseo del mal, muchos desvirtuaron este mal y fueron seres llenos de bondad.

La historia de la Migración de los dragones a tierras desconocidas.

La odisea de la partida del dragón blanco se sentía mucho, estos tenían un gran aprecio por el hombre, elfos  y raramente estos tenían miedo por estos, el dragón salía a visitarlos, al igual que a los enanos y este les ayudaban  en las montanas nubladas antes de la llegada de los orcos. (Otra desvirtuación del señor oscuro).

Los orcos eran seres realmente abominables sobre todo los orcos que solían andar en hordas y los Huruk Hai, les tenían miedo por su crueldad, ya  que estos  practicaban el canibalismo y comían todo tipo de carne, inclusive la del dragón, ya que su hombre era insaciable, por eso, muchos dragones de la colonia de dragones bondadosos se ocultaban en las montanas nubladas en Bran Dur, junto a los enanos, en las minas de Moria.

En Moria, descubrieron lo bueno que es comunicarse con las palabras (ya que todas las bestias creadas por el señor oscuro odiaban el sonido de las palabras), en tanto mientras convivieron con  los enanos aprendieron su idioma, y conocieron muy bien el trabajo de las minas, también aprendieron un poco de elfico para poder comunicarse con los elfos que visitaban frecuentemente, sobre todo a la casa del señor Elrond; También se comunicaban con los hombres, pero el idioma retorcido del señor oscuro no o toleraban, ni nada que de este viniera.

Estuvieron los dragones  en una cueva en Khazam Dum, pero supieron después que en el más profundo de la montana, aun moraba una criatura muy maligna de épocas remotas, creada por el mismo Morgoth, una de la  mas malas y poderosas del señor oscuro, el Balrog, un demonio que representa el fuego de la maldad, toda la maldad y la destrucción vertida en el su creación con el único objetivo de destruir  todas las creaciones de  Eru en su música.  Junto a este demonio de maldad y fuego, los dragones blancos no podían morar, ya que las otras criaturas del señor oscuro los llamaban “traidores” por hacer tratos y alianzas con las razas que estos querían destruir.

Los dragones blancos no tuvieron otra opción que irse antes de que el Balrog que habitaba en las profundidades de Khazam Dum, supiera que estos estaban alojando ahí junto a los enanos por un largo tiempo.

Los enanos se despidieron tristemente, los señores de Moria, Balín y Fundin, les hicieron muchos regalos, a cada uno de ellos les regalaron cotas de malla, gemas y muchas joyas, ya que sabían de antemano que a los dragones  les gustaban mucho este tipo de cosas, porque estos brillaban y les hacían sentir su cuerpo mas  fuerte y reluciente cuando volaban bajo la luz del sol.

Los dragones se fueron mas allá de las montanas nubladas, mas allá del mar donde no les molesten las criaturas del señor oscuro, y con el apoyo de los elfos lograron llegar con sus tesoros a las montanas del Pelori.

Pero la travesía no fue para nada fácil, fue una odisea, pero con la ayuda de sus amigos al fin lograron llegar sanos y salvos, cuando llegaron allá, lograron realizar cavar una cueva y ahí vivir muy cómodamente.

Todos los que  ayudaron a los dragones blancos en este éxodo, tambien le llevaron varios regalos como gemas, joyas y cosa brillantes para que no sintieran tanta nostalgia y su nueva vida fuera un poco mas cómoda.

Pero quizás aun así  ellos estaban tristes ya que les gustaba mucho estar en contacto con la gente de los pueblos libres de la tierra media.

Extrañaban a los hobbits que les hacían reír bastante, y a los hombres que les daban muy buenas cenas, pero por sobre todo a los enanos que fumaban juntos la buena hierba de la cuaderna del sur, y con sus pipas llenaban la cueva con su aroma y sus trabajos con la palta y la orfebrería.

Pero ellos sabían que este éxodo primero era primordial para su supervivencia como especie y segundo no podía ser eterno, pues confiaban que en algún momento la maldad debía ser derrotada; sabían en el fondo de si mismos que de nuevo iban a volver a la tierra media, esa tierra llena de muchos pueblos, muchas gentes amigas, una tierra media que de una u otra forma seria completamente libre de toda oscuridad y maldad.

Y así los dragones blancos volaron mas allá de la inmensidad, batiendo sus alas lo mas rápido posible para que el señor oscuro no los viera.

Prefirieron volar de noche, donde no había espías enviados a seguirlos, y tomaron todo tipo de precauciones para que no fueran  descubiertos por Morgoth.

            Pero mas que miedo a Morgoth, sentían miedo por los demás dragones que le eran fiel al señor oscuro, pero mas temor le tenían al sirviente de Melkor, un tal Saruman, que se decía que era mas cruel y mas malvado y despiadado que su amo, y sobre todo con los que les daban las espalda; por eso los Telerj, ayudaron de forma silenciosa a esta manada de dragones, para que  no fueran cruzados, ni torturados en la torre oscura del norte, donde moraban Morgoth y Sauron.

            Pero los dragones blancos, tuvieron que detenerse en su travesía, porque una de las dragonas estaba preñada  y ya  estaba a punto de parir su cría, pero lograron  llegar  al bosque donde vivía la baya de oro junto con Tom Bobadil, y ellos les dieron  alojamiento, cuidado  y protección a los dragones, y ayudaron  a que la dragona diera a luz  con todas las comodidades a su pequeño bebe, fue un lindo y hermoso dragoncito de color platinado, con unos lindos ojos verdes.

            Acamparon ahí en el bosque de Tom Bobadil, protegidos por la Baya de oro por un tiempo hasta que la madre y su bebe pudieran retomar el vuelo.

            Pero estuvieron muy bien cuidados en aquel bosque encantado, todas las aves, animales sabían que ahí estaban; y el mago Gandalf el gris se preocupo de que ninguna otra criatura supiera que estaban ahí, salvo sus amigos y la gente pequeña, mas conocidos como hobbits, que iban  de repente al bosque encantado a visitarlos.

            Pasaron por ahí una temporada de no más de  seis meses y retomaron su vuelo por la inmensidad de los cielos y de los mares, y no había cosa más hermosa que verlos volar en su plenitud, con sus cotas de mallas que refulgían un brillo especial cuando con toda su inmensidad se mostraban en vuelo,  mas allá del crepúsculo, mas allá del infinito  y se perdían en el horizonte  hacia tierras que después de los mares , tras el mundo, para ser protegidos por los señores Valar y no fuesen heridos, no convertidos al mal como lo deseo desde el principio Melkor.

            Y así una vez mas la tierra media quedo deshabitada de dragones blancos, que  no se sabe si quedaron al cuidado del señor Manwe o se fueron al reino peligroso, donde habitan magos, hadas y muchas otras personas de las mas diversas razas.

            Eso solo será descubierto por alguien que se atreva a  atravesar  el reino  de las hadas.

           

Pero una cosa  si es segura, que los dragones blancos están a salvo del señor oscuro, porque gracias a la protección de Manwe jamás nadie sabrá con certeza su morada final de estas hermosos y bondadosos dragones, que solo querían aprender y conocer el arte de la herrería, de la orfebrería y la minería de los enanos, de los elfos y de los hombre y disfrutar de la buena hospitalidad de los hobbits.

Si alguna vez vas al reino peligroso, y te encuentras con las hadas y magos podrás saber cual es la forma que ahí tienen los dragones blancos para ganarse la vida.

O quizás están bajo el cuidado de Manwe en Pelori; eso es algo que solo un aventurero podrá descubrir.

Eso es algo que solo Eru, el creador sabe, el es quien de la protección a todos los hijos del reino de Arda.